lunes, 25 de junio de 2007

Los Cinco Principios Ontológicos de San Agustín

Pontificia Universidad Católica del Ecuador

Filosofía

Seminario de Autor Medieval

Juan Pablo Neira

Trabajo final sobre las Confesiones de San Agustín

Los Cinco principios Ontológicos de la Filosofía de San Agustín

1) La existencia de un Dios único y omnipotente

Este es el principio primero de la metafísica de Agustín, el pilar central en el que reposan los otros. Al ser un pensador cristiano y uno de los Padres de la Iglesia, es obvio que este enunciado sea de donde parta para elaborar sus teorías teológicas antropogénicas y cosmogónicas. Esta premisa se asienta den tres aspectos planteados por Agustín para confirmarlo. El primero es el orden de la Creación, el cual se puede percibir a simple vista alrededor nuestro, y en los últimos años también se ha podido observar a nivel microscópico tanto como a nivel del cosmos; las células poseen un orden molecular, del cual depende la vida para existir, y del cual depende la materia para ser como es, y en el aspecto del universo, todo esta regido por leyes físicas innegables, las cuales mantienen las galaxias y las estrellas unidas. El segundo aspecto es que la mayoría de culturas han intentado explicar el origen y la causa de todo en un ser superior, en el caso de la religión cristiana, el Dios único. Por último el tercer aspecto es el de la causalidad; necesariamente algo tuvo que haber creado tanto las cosas como el concepto de las cosas que se desarrolla en el humano, esto vendría a ser por su finitud y imperfección, alguien tuvo que haber creado la definición de perfección e infinitud.

La creación ex nihilo de las cosas

Este principio deriva del anterior. Si existe un Creador de todas las cosas, entonces estas cosas debieron ser creadas a partir de la nada. Con el Creador no compartimos la misma naturaleza y por ende, las mismas leyes, no emanamos de El, fuimos extraídos de la nada y somos como un espejo de Dios, si El se retira, el reflejo no permanece. Nuestro ser participa de Dios como el reflejo a lo reflejado.

La bondad natural de lo creado

Ya que Dios es infinitamente bueno entonces su creación “imitando” a su Creador es igual, solo que no infinitamente, esta es la separación que produce nuestra diferencia en naturaleza. Nuestro ser se basa en esa bondad ya que ésta es el motivo de la creación misma; la bondad es la naturaleza de la creación.

La insustancialidad del mal

Partiendo de la anterior premisa, Agustín afirma que el mal no existe como una realidad sustancial ni como un principio ontológico real, ya que iría en contra de la naturaleza de la creación. Al problema del origen del mal Agustín le da un carácter de falacia lógica. ¿Si no existe el mal, entonces por qué lo vemos siempre? Agustín responde que no es mal lo que vemos, sino privación de bien, no es un opuesto porque en este caso el opuesto no existe, y como Dios es eterna bondad y además es único ser que crea y destruye es imposible tanto la existencia de un ser que origine el mal como la posibilidad de que Dios mismo lo haya creado. Privación de bien es cuando un criatura se aleja de su propia naturaleza, de su propio ser, para realizar actos que le son ajenos naturalmente. Así Agustín da por terminado el problema del origen y la insustancialidad del mal.

El Libre Albedrío

El último pilar ontológico de la metafísica agustiniana. El Libre Albedrío es la libertad humana que fe otorgada por Dios a Adán y Eva en el Paraíso. Adán escogió la desobediencia (el mal) y Dios castigó a ambos expulsándolos del Jardín. Éste es el comienzo de una herencia que abarca a toda la humanidad: el Pecado Original, del cual no podremos escapar sin la ayuda de Cristo y nuestra voluntad. Dios no interviene directamente en las acciones de los hombres, solo le muestra el camino, mediante las Escrituras, y cada hombre decide su propia dirección. Ese pilar también es parte de la crítica implacable que Agustín emprende en contra de los maniqueos, los cuales afirmaban que el hombre está en el mundo sensible sin culpa ya que padece de la influencia de un ser, principio del mal y análogamente opuesto al Dios del bien. Para Agustín, que acepta que el hombre tiende al mal, el origen de esta tendencia es el mismo Pecado Original, que pesa sobre el hombre. El humano ha de encontrar su verdadera libertad cuando redima ese pecado y pueda de nuevo tender al bien continuamente.

Conclusión

Agustín utiliza estos cinco principios para fundar su aporte a la teología cristiana, y por esto es considerado fundador de la filosofía religiosa desde el punto de vista del análisis profundo de la naturaleza de Dios, el universo y los hombres. Trató de exponer con amplitud sus pensamientos sobre temas muy importantes como la libertad del humano frente a un Dios omnipotente, y el origen del mal partiendo del principio de que el creador de todas las cosas es solamente bueno. Su obra es importantísima para el posterior desarrollo de la teología a lo largo de la Edad Media.

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